miércoles, 28 de julio de 2010

Pipas.

Ayer, Lucía, a tu padre le dio por pensar: ¿Como te enseñare a comer pipas? Quien dice pipas dice, pistachos, o cualquier cosa con cascara.
¿Tendré la paciencia necesaria para enseñarte, no solo a comer pipas, sino, a ser buena persona?
¿Serás buena? Tanto que la gente pensará que de buena,eres tonta; como le pasa a tu padre.
¿O tendrás ese poquito de maldad, mala leche, mala hostia, necesaria para ser alguien en la vida?
¿Como lo haremos, mama y yo para poder hacer de ti una buena persona, con la maldad necesaria para que no te pisoteen?
Todo esto, Lucía, comiendo pipas; imaginate que en vez de pipas, abro una bolsa de barrecha.

2 comentarios:

  1. El solo hecho de que os preocupe hacerlo bien, ya os da ventaja sobre las personas a las que les da todo igual. Seguramente igual que le enseñaréis a comer pipas, le enseñaréis lo que tenga que saber como ser humano. Y si puede ser, que sea buena, pero no al límite de la tontuna como yo (también padezco de eso, jeje)

    ResponderEliminar