Pero, Lucía, en tu cama; así has pasado la noche.
Y te has levantado de mala uva, y casi no desayunas. Menos mal que, de vez en cuando, entre torta y grito, a mama y a mi nos das uno de esos besos que curan tus mosqueos. A ver cuando empiezas a hablar sin tanto grito.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Esos besos lo deben compensar todo.
ResponderEliminarQue se te cae la baba...
¡Que va!
ResponderEliminarSe me queda en la perilla.
¿Bonita imagen, no?
Jeje, se te cae la baba! Pero es normal...
ResponderEliminarYa verás cómo cuando empiece a hablar dejará de gritar tanto. Igual es que no le gusta mucho el frío. ;D
Como dicen por ahí:
ResponderEliminar¡SSigual!
¡Tengo más!
Roxe...no disimules, que con esos besos olvidaís todo lo demás.
ResponderEliminarUn beso.