miércoles, 29 de diciembre de 2010

Se acaba un año.

Dentro de dos días, Lucía, se acaba el año.

La originalidad no es lo mio, y resaltar obviedades se me da muy bien, pero es que es lo que toca.
A ver si para el año que viene, es decir la próxima semana, has vuelto a coger el ritmo del sueño, llevas una semana que solo duermes una hora por la mañana, y después cuando voy a buscarte por la tarde, una hora en el carrito, a ve si hacemos que esa hora en el carrito la duermas en tu cunita, que estarás más cómoda.

        Por lo demás, en quererte y querer a tu madre, se me ha ido el año volando. A ver si antes de que se acabe el paro, en Marzo, estoy currando de nuevo, o si no, que pillemos un pellizco en el niño; vale, ya se que tu dirías que ya estas harta, de pellizquitos en los mofletillos, pero no es lo mismo, los que te damos son más importantes que el dinero, la pena es que de ellos no se come (algo que a mis más de cien kilos no les importa), ni se pagan facturas.

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